
Y es que la salvación no es una conquista humana, sino un
don de Dios. Nadie puede autosalvarse ni nadie puede encontrar la salvación
fuera de Jesucristo. Tengámoslo claro: Jesucristo es el único Salvador y
Redentor. No nos salvan ni el poder, ni el dinero, ni el prestigio social, ni
la ciencia, ni la tecnología, ni nada... Nos salva Jesucristo. Él es la puerta
que da acceso al redil, Él va delante de nosotros, Él nos conduce por senderos
seguros, Él nos llama por nuestro nombre, Él conoce nuestras debilidades y
nuestros esfuerzos, Él nos ha amado hasta entregar la vida por nosotros, Él nos
invita a seguirle, Él quiere sentarnos a esa mesa abundante que Él prepara para
nosotros con su Palabra y su Cuerpo y su Sangre, porque Él es el Buen Pastor
que nos ama, nos cuida y nos alimenta.
Pero para que Jesús sea nuestro Pastor, nosotros tenemos que
dejarle..., es decir, tenemos que estar dispuestos a ser sus ovejas, su rebaño...,
y para eso, debemos escuchar su voz, ¡su voz!, y no las voces de este mundo, y
otras voces engañosas, de ladrones y bandidos, que nos quieren apartar y alejar
de Dios...; tenemos que dejar que su palabra salvadora nos traspase el corazón,
y convertirnos continuamente a Él... ¡No
perdamos la ocasión! ¡Volvamos hoy, hoy mismo, en cuerpo y alma a la obediencia
y al seguimiento de Cristo, cueste lo que cueste!¡Dejemos que Él sea nuestro
Pastor! Porque si el Señor es nuestro pastor..., nada nos faltará.
Mn. Ramón Clavería Adiego;
Director espiritual de Abril Romero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, bienvenid@ a Abril Romero. Deje su mensaje o saludo.