Durante esto últimos domingos, la carta a los cristianos hebreos que hemos ido proclamando como segunda lectura, nos ha invitado a despertarnos, a vivir de veras nuestra fe en Jesucristo, porque es algo que vale realmente la pena. Hoy el autor de esta carta, recordando la experiencia del pueblo de Israel al pie del Sinaí, nos habla de la novedad y de la esperanza gozosa que hay en nuestra fe. Porque nosotros, como dice el escrito, no nos hemos acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta... no; nosotros nos hemos acercado a Dios porque hemos visto a Jesucristo. Hemos visto su rostro, su modo de vivir, su corazón. Hemos visto que el estilo de dios es la sencillez, la humildad, el no llamar la atención, el no pretender la fama... Lo sabía bien Ben Sira, autor del libro del Eclesiástico, que escuchamos en la primera lectura, afirmándonos que hay que si procedemos con humildad en nuestros asuntos, nos querrán más que al hombre generoso, y que si nos hacemos pequeños en las grandezas humanas, alcanzaremos el favor de Dios.

Vamos a pedir, pues, el saber estar bien atentos y ser humildes y sencillos, dando
gratuitamente lo que hemos recibido de Dios; y para ello tenemos un buen ejemplo, que es el de la Virgen María, que aun
siendo la Madre del Salvador, vivió siempre en la humildad y la sencillez de la
Sierva del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, bienvenid@ a Abril Romero. Deje su mensaje o saludo.